El País 11/11/2011
Sonará a música lejana el canto a favor de la enseñanza pública, el
concebirla como un espacio público real, donde los seres humanos se
juntan, viven y se relacionan entre ellos de forma parecida a como lo
hacen en la vida fuera de las aulas. Es el único espacio controlable que
nos queda para socializar a los más jóvenes como ciudadanos diversos,
también desiguales, donde se aprende junto a otros las obligaciones de
la ciudadanía y el respeto a los derechos de todos.